Vendimiando por Torrelodones
Buenas chavalería.
Como los pronósticos del tiempo para el fin de semana no eran nada halagüeños, decidimos quedarnos en la city y preparar una salida con las bicis para el sábado por la mañana, la idea era ir a la zona final del track de la ruta que Sergio tiene grabada por Las Matas, así que de buena mañanita y con un frío de pelotas nos acercamos hasta Torrelodones Nacho, Enrique y un servidor
Con un frío y un viento de pelotas Enfundados en culottes largos -que el invierno ya está aquí- dejamos los coches en el primer camino de tierra que se nos puso por delante y comenzamos la ruta como siempre: de subida y sin calentar :-(.


Nuestros objetivos eran dos; descubrir nuevos caminos por la zona, y terminar la ruta en el antiguo palacete que Franco tenía por la zona y que en la actualidad se encuentra abandonado, con un poco de suerte nos podríamos colar en el interior y hacer unas cuantas fotos.
Pero eso no eran más que planes, porque nuestra natural tendencia a vendimiar nos hizo tener que abortar ambas misiones.
La cosa es que tras unos kilometrillos de senderos de sube y baja, y tras superar el ataque de unos perros asesinos que casi se comen a Enrique, decidimos acometer la subida del monte más alto que se veía en la zona, la idea era echar una visual desde arriba y hacernos una idea de cuales eran los mejores caminos, así que nos pusimos manos a la obra y comenzamos a subir… hasta que la cosa (pendiente y firme) se puso bastante fea y nos tocó echarnos la bici al hombro.
¡¡ UNA HORA !!… o al menos eso me pareció a mi, pero nos pegamos media mañana empujando la bici por esos caminos de Dios, que eran auténticos pedregales, pero Nacho tenía la firme determinación de hacer cumbre a cualquier precio, así que… pa’ arribaaaaaaa.

Aquí Nacho haciendo el Pocoyo.


A parte de la insistencia de Nacho, sólo nos animaba a continuar subiendo la certeza de que la bajada iba a ser… ¡¡ espectacular !!. Así que pasito a paso y entre coñas y barritas energéticas conseguimos llegar a la cumbre, donde -para variar- hacía un frío de pelotas, así que solo ´nos quedaban ganas de una cosa, bajar de allí cuanto antes.


… Y por fin comenzamos el descenso. Asientos abajo, culo atrás (gracias Dani) y allá que vamos. Nacho, como siempre sale disparado trialera abajo como un Sputnik… hasta que se encuentra con este escaloncito que se ve en la foto de más abajo:

Y que arroja como resultado la patilla del cambio se su nueva y flamante Trek que se va a hacer puñetas. Fin de la diversión.

Bueno, en realidad tampoco es que se acabase ahí la diversión, porque desmontamos la cadena y Nacho continuó bajando (el primero) hasta llegar a una urbanización, donde se quedó a esperarnos a Enrique y a mi que pedaleamos raudos y veloces a buscar los coches.
Lo positivo: pues el pedazo de trialerón que bajamos y comprobar que la zona de Torrelodones ofrece muchas posibilidades endureras.
Lo negativo: pues que tuvimos que terminar la ruta antes de tiempo, enfrentándonos a la certeza de que si eres vendimiador… tu sino es vendimiar ;-).
Queda pendiente otra visita a la zona que nos permita a demás colarnos en el palacete ese de Franco, que tiene una pinta impresionante.
Javi.-